El Alcázar de Segovia
El Alcázar es uno de los monumentos más emblemáticos de Segovia. Su situación, sobre una roca labrada por los ríos Eresma y Clamores, indica el origen militar de esta fortaleza durante siglos inexpugnable.
El testimonio más antiguo de la existencia del Alcázar de Segovia es un documento de principios del siglo XII, fechado en 1122, poco después de la reconquista de la ciudad por Alfonso VI, que menciona la fortaleza como un castro sobre el Eresma. En una carta algo posterior (1155) ya se le da el nombre de Alcázar. No obstante, es muy probable que la fortificación existiese en tiempos más remotos, quizá desde la dominación romana, pues en recientes excavaciones se ha encontrado sillares de granito análogos a los del Acueducto.
En la Edad Media, el Alcázar, tanto por la belleza de su situación y su indiscutible seguridad militar, como por la proximidad a famosos cazaderos en los bosques serranos, se convirtió en una de las residencias favoritas de los Reyes de Castilla, en especial de Alfonso X. Fue habitado muchas veces y llegó a ser uno de los más suntuosos palacio-castillos en el siglo XV.
La fortaleza sirvió posteriormente como prisión de Estado hasta que en 1762 Carlos III fundó en Segovia el Real Colegio de Artillería que tuvo su sede en el alcázar.
La distribución del castillo se articula en dos áreas:
- la exterior con un patio herreriano, foso, puente levadizo y la torre del homenaje
- las dependencias interiores que incluyen una capilla y varias salas nobles (sala del Trono, de la Galera, de las Piñas, de los Reyes, etc.) que pueden visitarse en la actualidad.
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