Galileo
Galileo nació en Pisa, el 15 de febrero de 1564. Desde el principio dio pruebas de un amplísimo círculo de intereses creativo y siendo niño mostró ya una habilidad inusitada en el diseño de juguetes.
En 1581 fue a la Universidad de Pisa a estudiar medicina, como su padre quería, y fué allí donde aumentó la desazón de Galileo y empezaron a interesarle otras cuestiones.
Durante la misa en la catedral observó como las grandes lámparas oscilaban movidas por las corrientes de aire, unas veces en grandes arcos, otras en arcos menores. La cosa no tenía nada de particular, pero Galileo, que por entonces contaba con diecisiete años, observó algo que los demás no habían visto. Se tomó el pulso y empezó a contar: tantas pulsaciones para una oscilación amplia y rápida, tantas otras para una pequeña y lenta. Lo curioso era que el número de pulsaciones era igual en ambos casos. Galileo había descubierto la ley del péndulo.
Ahora bien, si el péndulo oscilaba en perfecta constancia y, por así decirlo, dividía el tiempo en pequeños fragmentos iguales, entonces constituía un método nuevo y revolucionario de medir el tiempo. Al igual que él mismo había utilizado el pulso para cronometrar un péndulo; por consiguiente, también podía utilizarse el péndulo para medir el pulso humano.
Galileo nunca llegó a obtener el título de medico. Por casualidad asisitió a una clase de geometría y descubrió que lo que realmente le importaba eran las matemáticas y la física, no la medicina.Marchó a Florencia, se buscó un mecenas y empezó a estudiar el comportamiento de objetos que flotan en el agua. Y cuando regresó a Pisa en 1588 lo hizo como profesor de matemáticas de la universidad, donde procedió a estudiar la caída de los cuerpos.
Por aquel entonces, la idea que existía era la de Aristóteles: que la velocidad con que caía un cuerpo era proporcional a su peso. Sin embargo, Galileo pensaba que la resistencia del aire podía influis en el sentido de retardar la caída de los cuerpos ligeros que tienen gran superficie.
Galileo dejó cuidadosamente caer las dos bolas al mismo tiempo por encima de la barandilla y las dos golpearon contra el suelo a la vez. Drásticamente se rebatió la idea de Aristóteles.
Tras aquello, abandonó Pisa y se dirigió a la Universidad de Padua, donde en el plazo de seis meses diseñó construyó un telescopio a partir de los rumores que llegaban de Holanda. Caballeros respetables resoplaban escaleras arriba hasta la cima de los edificios más altos para mirar por el tubo de Galileo y divisar a lo lejos navíos tan distantes que tardarían todavía horas en tocar puerto. Galileo, sin embargo, no pensaba ni en la guerra ni en el comercio.
Galileo dirigió el telescopio hacia los cielos y halló montañas y cráteres en la Luna y nuevas estrellas en Orión, que no eran visibles a simple vista. También comprobó que Venus tenía fases, como la Luna, y que el Sol poseía manchas. Y el 7 de enero de 1610 hizo el descubrimiento crucial de su carrera. Miró a Júpiter y encontró cuatro pequeñas "estrellas" cerca de él que giraban alrededor de él, cada una de ellas en su propia órbita. Lo cual refutaba definitivamente la vieja idea de que todos los cuerpos celestes giraran en torno a la Tierra.
En 1611 llevó su telescopio a Roma y mostró a la corte papal sus descubrimientos.
"Miren ustedes mismos- dijo Galileo a los miembros que se negaban a destruir la doctrina de Aristóteles de que los cielos eran perfectos - miren por mi instrumento".
Algunos le creyeron y otros le atacaron justificándose en que "si no podían verse a simple vista, carecían de utilidad para el hombre y no podían haber sido creadas. Si el instrumento permitía verlas, es que el instrumento estaba mal, era un intrumento del demonio".
Con estas ideas, Galileo defendió las teorías de Copérnico publicamente hasta que el Papa Pío V le ordenó que las abandonara. Galileo guardó silencio y trabajó en otros asuntos hasta 1632, que pensó que la Iglesia era menos rígida, y publicó su gran defensa del sistema copernicano que ridiculizó sin piedad a sus adversarios, y que le llevó a un largo y agotador juicio con la Inquisición.
Se dice que el 22 de junio de 1633 "se postró de rodillas ante los jueces de la Inquisición y con la cabeza inclinada hacia adelante recitó con voz cansina que el Sol no era el centro del universo y admitió que habia sido un error enseñarlo así, negó que la Tierra girara en torno a su eje y alrededor del Sol y admitió que también había sido un error enseñarlo así". Tras esto, cuenta la leyendo que se puso en pie y musitó algo para si mismo "Y sin embargo se mueve".
La Inquisición así le dispensó un trato cortés y le permitió que volviera a Florencia, dónde pasó los ocho últimos años de su vida, dedicado a problemas alejados de toda polémica y sin volver a importunar a la Iglesia con ideas heréticas, y dónde finalmente, el 8 de enero de 1642 murió.
Galileo, descubrió las leyes que gobiernan la fuerza, el movimiento y la velocidad de los objetos en movimiento y además, anunció estas leyes de la dinámica en fórmulas matemáticas, no en palabras.
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