Consuegra, Tierra de Gigantes
“Mire vuestra merced —respondió Sancho— que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino.”
Don Quijote, Miguel de Cervantes
Consuegra es una visita obligatoria para todo aquel que visita la Mancha, dada su importancia en nuestra historia y su rico patrimonio, pero sobre todo, es un pueblo en el que merece la pena detenerse y subir hasta lo alto de Cerro Calderico para conocer de cerca la historia de su castillo y de sus doce molinos de viento.
Asomándote a Consuegra te sientes inevitablemente parte de las aventuras de Don Qujiote. ¿Quién no recuerda la batalla con los gigantes al ver estos molinos de viento? Son verdaderamente impresionantes.
Los molinos datan del siglo XVI. En su momento se construyeron 13, pero son 12 los que se mantienen en pie. A cada uno se les ha asignado un nombre relacionado con Don Quijote: Chispas, Caballero del verde Gabán, Mambrino, Clavileño, Alcancía, Cardeño y Vista Alegre, Sancho, Rucio, Bolero, Espatero y Mochilas. Y lo más sorprendente es que estos últimos cinco todavía mantienen su maquinaria en buen estado.
Pero los molinos no están solos en lo alto del cerro, como comentaba, sino que están acompañados de una fortaleza que fue muy importante desde el siglo X al XIII, el Castillo de Consuegra.La buena posición y ubicación de esta fortaleza la hizo muy deseada para muchos reinos y califas que se disputaron en batalla por hacerse con su poder. La batalla más recordada es la del año 1097, donde el ejército almorávide consiguió derrotar a los cristianos y en la que Diego Rodríguez, el único hijo varón de "El Cid", murió en batalla.
A partir del año 1183 su historia está ligada a los caballeros de la Orden de San Juan, donde se asentaron y establecieron la sede del archivo sanjuanista. En los restos del castillo pueden verse múltiples detalles del paso de la orden por esta fortaleza, pues posteriormente fue durante muchos años residencia de los grandes priores de la Orden.
Para conocer mejor todo esto os recomiendo hacer la visita guiada al Castillo y los Molinos de viento. Consiste en una visita de dos horas, que puede parecer larga a priori, pero merece mucho la pena. Además de conocer todos los detalles de la historia de la fortaleza (que a simple vista no se captan) se visitan salas especiales que normalmente están cerradas al público con entrada general y se visita uno de los Molinos por dentro donde explican el funcionamiento del mismo. Una visita muy muy interesante.
Si vais con niños, os recomiendo encarecidamente las visitas guiadas teatralizadas, pude ver parte de ella durante mi visita al castillo y estuve a punto de sumarme a ella de lo divertida que era.
Y si no queréis hacer la visita guiada os invito no obstante a subir hasta allí arriba y verlo de cerca, las vistas son impresionantes y estar a los pies del Castillo y de los Molinos impone muchísimo.
Si tenéis la oportunidad, merece la pena también visitar el pueblo el 15 de agosto, ya que se viste de medieval recordando la batalla de Consuegra que comentábamos antes. O también, durante el último fin de semana de octubre que se celebra la fiesta del azafrán. El 90% del cultivo del azafrán se realiza en Castilla-La Mancha, con fama de ser de los mejores del mundo.
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