Centro histórico y Acueducto de Segovia
Edificado probablemente hacia el año 50 d.C., el acueducto romano de Segovia se conserva excepcionalmente intacto. Esta imponente construcción de doble arcada se inserta en el marco magnífico de la ciudad histórica, donde se pueden admirar otros soberbios monumentos como el Alcázar, cuya construcción se inició en el siglo XI, y la catedral gótica del siglo XVI.
El Acueducto de Segovia es la obra de ingeniería civil romana más importante de España y uno de los monumentos más significativos y mejor conservados de los que dejaron los romanos en la Península Ibérica. Se trata probablemente del símbolo más importante para los habitantes de Segovia, hasta el punto de figurar en su escudo.
La falta de inscripción, que estaba situada en el ático del acueducto, hace que no se pueda saber con certeza la época exacta en que fue construido. Los investigadores lo sitúan entre la segunda mitad del siglo I y principios del II, en tiempo de los emperadores Vespasiano o Nerva. No se conoce el origen de la ciudad. Sí se sabe que la zona estaba poblada por los vacceos antes de su conquista y que quizá hubiese asentamientos de tropas para su control y vigilancia. En cualquier caso, la zona perteneció al convento jurídico de Clunia.
Recorre más de 15 kilómetros antes de llegar a la ciudad. Está construido con sillares de granito colocados sin argamasa entre ellos. Sobre los tres arcos de mayor altura había en la época romana una cartela con letras de bronce donde constaba la fecha y el constructor. También en lo alto pueden verse dos nichos, uno a cada lado del acueducto. Se sabe que en uno de ellos estuvo la imagen de Hércules Egipcio, que según la leyenda, fue el fundador de la ciudad. Ahora pueden verse en esos dos nichos la imagen de la Virgen de la Fuencisla (patrona de la ciudad) y San Esteban.
El acueducto se ha mantenido en activo a través de los siglos y quizás por eso haya llegado al tiempo presente en perfecto estado. Hasta casi nuestros días proveía de agua a la ciudad de Segovia, y más concretamente a su Alcázar. En los últimos años ha sufrido un patente deterioro debido principalmente a la contaminación mediambiental y a los propios procesos de erosión del granito. Las vibraciones originadas por el tráfico, contra lo que se pudiera pensar, no le afectan debido a su gran masa e inercia, hecho comprobado gracias a las recientes auscultaciones dinámicas efectuadas.
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